La
definición más restrictiva de la ética informacional es el considerarla como la disciplina que
analiza problemas éticos que son creados por la tecnología de los ordenadores o
también los que son transformados o agravados por la misma, es decir, por las
personas que utilizan los avances de las tecnologías de la información. Algunos
de los autores se plantean si la cambiante sofisticación tecnológica plantea
nuevos dilemas éticos o si las cuestiones éticas permanecen constantes.
Los
avances tecnológicos mejoran el día a día de las personas, nos conectan y nos
facilitan el acceso de la información. Sin embargo, es muy importante el uso
que nosotros le demos a esas tecnologías. Es aquí donde la ética entra en
escena.
Hoy
en día, la sociedad se ha visto plagada de personas que utilizan éstos recursos
tecnológicos para su beneficio propio, sin importar el impacto negativo que
generan hacia otras personas. Existen hackers informáticos que violentan la
privacidad de otras personas, páginas con contenido sensible para la mayoría de
las personas, y virus que intentan robar los datos personales de la gente. Otro
tema es el de la propiedad de los archivos o programas, los cuales al subirse a
internet es muy difícil mantener la custodia propia de ellos y negar el acceso
a cierto tipo de usuarios.
Es
por estos problemas que hay que educar a las personas sobre el uso de las
tecnologías y la responsabilidad que
cada uno debe tener al momento de usarlas. Al igual que en las profesiones cada
una tiene sus propios valores éticos, en la informática debe haber un código
ético entre los usuarios informáticos que por sí mismo regulen esas acciones
que puedan implicar aspectos negativos a la sociedad.
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